Con una ubicación privilegiada dentro de la Costa Central, Santillana del Mar se ha consolidado como uno de los destinos turísticos más importante de la comunidad. Sus empedradas calles medievales nos hacen transportarnos a otra época y la convierten en una de las localidades con mayor valor histórico-artístico de nuestro país, oferciendo una amplia gama de actividades para todos los gustos y edades.

Es imprencisdible recorrer a pie sus calles empedradas para poder admirar su belleza y la de sus edificaciones medievales, como el Palacio de Velarde, la Casa de los Quevedo y Cossio o el Palacio Valdivieso.

Dentro de su patrimonio histórico destaca la Colegiata de Santa Juliana, edificado en el sigo XII con motivo de la expansión del antiguo monasterio. Se trata del templo románico más amplio de la cornisa cantábrica con un excelente retablo del siglo XV en su interior.

A escasos metros se encuentra el Museo de la Totura, con una exposición permantente con más de 50 instrumentos utilizados durante la Inquisición.

Destacar también el Museo del Barquillero, una original tienda de chucherías que dispone de un pequeño museo en la planta alta con diversos juguetes antiguos y aparatos para hacer barquillos, un buen plan para realizar con niños.

Sin embargo, su mayor tesoro se encuentra a las afueras de la villa: la Cueva de Altamira, conocida como la “Capilla Sixtina del Paleolítico” por su impresionante conjunto de pinturas rupestres. En la actualidad la cueva se encuentra cerrada al público pero dispone de la Neocueva, una réplica exacta donde el visitante podrá disfrutar de centenares de pinturas y grabados.

Esta amplia oferta cultural está complementada con otras actividades entre las que destaca el Zoo de Santillana. Dispone de 6 hectáreas en dónde el visitante podrá disfrutar de sus más de 2.000 animales como orangutanes, panteras, lemures o anacondas entre otros; un divertido lugar en dónde disfrutar junto con los más pequeños.